DOWNTOWN BOYS

Punk-rock con actitud, pero, sobre todo, con mensaje. La banda de Providence (Rhode Island) contempla música y reivindicación como un todo, y ¡vaya si su mensaje llega! Tienen el vehículo perfecto: el punch y el carisma de sus integrantes. Su útlimo alegato contra el racismo y la queerfobia es “Cost Of Living”, recién editado por Sub Pop. Cuando Victoria Ruiz y Joey DeFrancesco dejaron el hotel en el que (mal)trabajaban en 2011 despidiéndose con una banda de metales en un vídeo que se volvió viral, decidieron formar el que puede que sea el grupo de punk más excitante de la actualidad, además de una banda explosiva de música latina-rock llamada Malportado Kids. Por si no tuvieran suficiente con cantar contra el patriarcado, la supremacía blanca, el capitalismo, la homofobia, la desigualdad de las mujeres, la corrupción, el racismo o el clasismo en sus dos discos precedentes (Downtown Boys, 2011, y Full Communism, 2015), ahora tienen además a Trump acechando de nuevo en su país. Las innumerables desigualdades, odios y fobias de cierta parte de sus conciudadanos son tan evidentes en 2017 que el usar la música como un vehículo para el desmantelamiento de la opresión y la creación de algo mejor no debería ser motivo para aclamar a un grupo de rock. Pero es que a sus ideales revolucionarios suman una energía ilimitada y contagiosa en sus directos, que el productor Guy Picciotto (Fugazi) ha conseguido captar perfectamente en su nuevo álbum: canciones en inglés y alguna en castellano con una instrumentación y sobre todo una voz que invitan a la confrontación y que infunden la sensación de que cada una incitará a su público a la acción, con los pies… y con la cabeza. (Ruta 66)